miércoles, 14 de enero de 2015

Los méritos de una propuesta

¡En esta esquina…!

Los méritos  de  una  propuesta

Por: Manuel Salazar

Fidel Santana, presidente y candidato del Frente Amplio, ha reiterado a los líderes de las organizaciones alternativas una propuesta para un acuerdo de programa y candidatura presidencial comunes, y desde esta realidad terciar tras la misma en la Convergencia.  La propuesta es muy simple: los alternativos se pondrían de acuerdo en un programa y un candidato o candidata, y con sus  fuerzas  así  unidas  y  las  que  sume el impacto de  ese  paso,  disputarían ideas para el programa de gobierno y la candidatura presidencial dentro de la Convergencia.

Es una iniciativa en el  sentido  de  la  unidad  hacia  el cambio de gobierno y por un cambio en la orientación multilateral del país a partir del 2016, que encierra varios méritos y deberían ser reflexionados por los destinatarios de la misma.

Pondría en escena un polo alternativo con ideas y rostros reconocidos que, por corresponder al sentimiento de unidad de una amplia franja del pueblo, crecería como conjunto y en lo adelante estaría en mejores condiciones de ganar la adhesión de  grandes  conglomerados  sociales; perspectiva con posibilidades significativas si se tiene en cuenta que en el país se está configurando otro momento de inflexión en el que miles de votantes querrían más allá del 2016 un nuevo liderazgo y mediación políticos.

Evitaría que lo alternativo se desdibuje, en un escenario que ha probado muchísimas veces que no es el mejor para esa opción y que unas y otras encuestas confirman.

Multiplicaría por mucho las posibilidades presidenciales actuales de cada una de las candidaturas alternativas, que comenzarían a moverse y hacer discursos en multitudes.

Proporcionaría a lo alternativo mucha autoridad; moral ya la tiene, y más apoyo popular para garantizar que el cambio de gobierno en el 2016 implique también un cambio en el rumbo económico y social del país.    Gran parte de las propuestas de políticas públicas de este sector en movimiento tendrían que ser necesariamente asumidas en la Convergencia,  lo  que  calificaría con mucho el programa de gobierno que resulte. Tendría autoridad suficiente además para establecer un acuerdo de alternabilidad de candidaturas y de gobierno en el tiempo dentro de la misma concertación.

Contribuiría a afirmar la tendencia del cambio, que se expresó en todo el proceso hacia las elecciones del 2012 y que fue vulnerada principalmente por los recursos puestos en acción desde el poder; tendencia que todavía existe pero amenazada precisamente por la dispersión de las fuerzas de la oposición, en casos inducida por el mismo partido en el poder.

Entraría a los alternativos por una puerta más ancha al imaginario de poder del pueblo, condición vital, casi imprescindible, para crecer fuerzas en el marco de la cultura política dominante en el país.

Presupondría, como es lógico, que el proponente y los destinatarios de la propuesta se reúnan y dialoguen de frente; reclamo que de hecho ha sido formulado por alguno de los concernidos.  Es elemental que esto ocurra, y planteada la propuesta se trataría entonces de una cuestión práctica.

 Desde luego, también presupone varios considerandos, entre estos: creer de verdad que la unidad amplia es necesaria para derrotar al PLD en el 2016; estar dispuestos a enfrentar la candidatura del oficialismo; asumir que para un proceso unitario es necesario flexibilizar posturas, hacer y recibir concesiones; superar la mala práctica advertida hace mucho tiempo por el viejo Mao Tse tung de decir sí cuando en realidad se piensa no.


Los líderes y candidaturas alternativos tienen en sus manos una propuesta de unidad  amplia  con la que,  en el contexto de los considerandos anteriores,  solo podrían ganar,  y poner  al país y al pueblo a ganar también.  

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