martes, 2 de junio de 2015

Al Pacto Piñata, anteponer un Pacto Pueblo- País.


Por: Manuel Salazar

No debe extrañar que desde la dirección del Estado se puedan lograr pactos como los que están en curso hacia la reelección.  Porque dice la sabiduría popular que  “el que paga manda”, y en la política dominicana cada vez hay más espacios para los Negociados, y es cada vez menor el espacio para los ideales.

El espíritu de empresa ha tomado mucho cuerpo en la política, en muchos países, y aquí también.  Las posturas y posiciones electivas se miden en términos de costo- beneficio y el dinero es el referente de esas categorías.

Y por supuesto, ese espíritu empresarial tiene y ha tenido consecuencias negativas para los pueblos y la soberanía de los países. Porque se financia con el presupuesto público, y este se nutre del dinero del pueblo y de los servicios sociales que este mismo pueblo  deja de  percibir  del  Estado.

En América Latina el espíritu empresarial en la política  inició con Fernando Collor de Mello en Brasil(1990- 1996), que no pudo terminar siquiera el período para el que fue electo; y continuó con Vicente Fox Quesada en México(2000-2006) y Sebastián Piñera en Chile(2010- 2014); todos con resultados nefastos para  los pueblos de esos países.

El Negociado político del presupuesto público se financia también con la deuda externa, que en el corto plazo es también un costo social para el pueblo;  y en el mediano se transfiere a la soberanía nacional, porque hipoteca recursos naturales y condiciona políticas públicas para el desarrollo. 

Hay que reconocer que el Negociado político ha tomado mucha fuerza en el país. Subestimarlo sería estúpido.  Hay en curso un Pacto Piñata en torno a la reelección del Presidente,  de consecuencias negativas para  el  pueblo  que  solo pueden ser estimadas, pero no calculadas con exactitud.

Es de reconocer que el presidente Danilo Medina es un político profesional, no llega a la política desde el mundo empresarial.  Pero es cierto también que   conoce que parte de sus aliados sorpresa son empresarios enganchados a la política, y los atrae a la reelección desde la lógica empresarial de  costo- beneficio.

En el país hay, por supuesto, reconocidos empresarios con vocación política, que piensan el país desde la perspectiva política, y su condición empresarial, de clase por supuesto, es plataforma para sus proyectos país.

Esta es  una cuestión distinta a la de llegar a la política con la lógica empresarial y hacer de la política una plataforma con fines empresariales.

El Negociado Piñata de marras, tiene componentes harto conocidos.

Pero no es el país y mucho menos es el pueblo.

Queda mucha dignidad por doquier en  el país, incluyendo dentro de los partidos de los líderes del Negociado Piñata.

Hay partidos, grupos políticos y sociales, y mucho pueblo que quieren un cambio, un rumbo distinto.

Se puede y se debe hacer converger a todos estos grupos en torno a un programa mínimo de cambio, y construir esa unidad en la movilización de mucho pueblo.

Unidad Amplia  y  Movilización de masas, son las coordenadas en las que se puede encerrar y derrotar al  Negociado y Pacto Piñata.  


Adelante, hay tiempo, aunque poco; mucho espacio político e infinitas voluntades para dar millones de pasos con el pueblo, por el pueblo y el país, por un cambio político ahora.

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